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" Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana, por lo tanto hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir "
Hay situaciones de gran trascendencia para nosotros que implican cambios significativos en la vida cotidiana que obligan a sobrefuncionar para manejarlas o adaptarse a ellas, como los problemas de pareja o los problemas laborales. Muchas veces lo que queremos es liberarnos de miedos, fobias o angustias que nos obligan a recluirnos y evitar aquellas situaciones que tememos. También nos podemos encontrar con situaciones que nos propician la aparición de sentimientos de inutilidad o fracaso cayendo en conductas desadaptativas como adicciones o dependencia emocional. Pueden aparecer síntomas de un trastorno depresivo o de un trastorno de la ansiedad que interfieren con áreas de nuestra vida como la personal, laboral, social o familiar. Resumiendo, podemos decir que las circunstancias que llevan a una persona a solicitar ayuda profesional son diversas y complejas.
El resultado es un sentimiento de intenso malestar y sufrimiento afectado a nuestra calidad de vida.
Llegado este momento se hace necesario la búsqueda de soluciones para afrontar la situación. Frecuentemente los pacientes acuden a consulta después de llevar bastante tiempo padeciéndolo, lo que lleva a cronificarse los síntomas y problemas.
El recurrir a un psicólogo nos puede ayudar a comprender qué es lo que nos está pasando, por qué sentimos o pensamos aquella cosa y poner remedio buscando soluciones de una forma más objetiva y profesional.
El psicólogo es un científico del comportamiento humano que dispone de la metodología necesaria para realizar una adecuada evaluación, establecer un diagnóstico y proponer las técnicas mas adecuadas a las necesidades de cada persona.
No debemos olvidarnos que la mayor satisfacción personal es sentirse libre de las ataduras que venimos arrastrando y que limitan nuestro crecimiento como personas.